AL OTRO LADO DE LA PANTALLA El community manager, más allá de los likes

“El CM (Community Manager) no es el primo necio que sabe de computadores, ni la sobrina recién graduada desempleada que dedica su ociosidad a las redes sociales.”

Al público se le olvida que hay vida del otro lado de la pantalla del computador, que hay un estratega cuya misión es imaginarse las más insólitas, divertidas, útiles y significativas ideas de contenido para consumo y satisfacción de miles de espectadores. Sí, para ti que estás leyendo, he venido yo para contarte.

Desde mi lado de la pantalla las teclas arden, los dedos se pierden de la vista por la velocidad que les da el movimiento de las ideas rondando en la cabeza, de la inspiración fluyendo por las venas; y describirlo no es vanidad ni poesía barata, es realidad, no es fácil conectarse con el corazón de la gente y despertar sus emociones con sólo imágenes y palabras, por eso lograrlo a través del contenido es un acto literalmente bien pensado.

El CM (Community Manager) no es el primo necio que sabe de computadores, ni la sobrina recién graduada desempleada que dedica su ociosidad a las redes sociales.

Más que cualquier otra cosa, un CM es un creativo de la comunicación que debe ser dueño de un feeling social y cultural que le permita hablarle al oído a la gente, desde el plano personal o de la marca que represente, y que desarrolle la capacidad de tener un termómetro para medir las crisis y atender a las respuestas con perspicacia y sabiduría, de una forma oportuna que satisfaga los requerimientos de la comunidad. ¡Sigue creyendo que sólo basta con inventarse un meme!

Para las marcas en general o las agencias de publicidad, incubadoras por excelencia de estos habilidosos de la comunicación, el CM juega de local y protagonista. Su voz es la que suena y su mensaje es casi orden, por eso tiene la responsabilidad de planear estratégicamente sus contenidos y obedecer a unas políticas comunicativas que ante todo favorezcan la imagen de la marca representada.

No por echarle flores, el CM debe tener la capacidad divina de decidir e implementar creativas salidas a la crisis, controlar sus emociones personales ante la desesperación de recibir mensajes de todo tipo en cantidad, extensión, calidad y procedencia, abstenerse de ser él mismo para ser la marca 24/7 y estar para quien lo necesite cuando lo necesite. Y como hay que vivir para contarla, debe tener la experiencia sensorial de la marca para transformarla en mensaje a la comunidad de seguidores.

El papel del CM es tan transversal como fundamental, va desde la gestación de la estrategia de la marca hasta el trabajo de campo en la recopilación de información, para así, finalmente, pensar la manera de comunicarle a la audiencia todo el contenido de la forma más efectiva, creativa y organizada,  con especial cuidado en el tono, la ortografía y, posteriormente, el comportamiento de la audiencia a través de las estadísticas generadas.

“Conviértete en CM, decían. Será divertido, decían”

Y lo es. Este lado de la pantalla te hace sentir que tienes el mundo en tus manos y la responsabilidad de conducirlo correctamente al mejor contenido y las mejores ofertas comerciales. El rol del CM es educativo, ya que la audiencia demanda información constantemente, y de nuestra parte está generar contenido de calidad que les resulte atractivo; y que nuestras marcas conviertan (logren reacciones en el público) desde luego.

Cuando tomes tu teléfono o computador, se infiltre en tu timeline un post de tu marca favorita y te den incontenibles ganas de un “me gusta”, “compartir”, hacerle captura o etiquetar a un amigo, recuerda que hay alguien detrás de la pantalla que tiene por misión robarte carcajadas y llenarte de valiosa información, comercial o noticiosa, y que diseñó estratégicamente cada frase e imagen que ves para que sigas disfrutando la experiencia de permanecer informado y bien conectado.

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